Salseo Literario: Triángulo amoroso en el Trinity College
El despecho que te hace abandonar un país
Si hay algo que me gusta más que un escritor irlandés, son los salseos que se traían. Hoy, vengo a hablaros de un par que seguramente os suenan: Bram Stoker y Oscar Wilde.
Estas dos eminencias se conocieron en la famosa universidad dublinesa (de la cual os recomiendo visitar la biblioteca al menos una vez en la vida) mientras el primero estudiaba Matemáticas y el segundo Literatura Clásica.
A la tierna edad de 18 años, Wilde ya destacaba como estudiante aventajado, mientras que Stoker, de 25 años en aquel momento, era más de codearse con personas de la cultura de su entorno; sintiendo este una fascinación inmensa por el otro.
Bram Stoker incluso pasó una temporada con la familia de Wilde en el verano de 1878. Aunque no hay pruebas, se cree que ambos tuvieron algo más que una amistad. Pero eso son solo rumores y no hay nada claro.
A pesar de que posteriormente estuvo más interesado en chicos jóvenes, Oscar Wilde se enamoró perdidamente de Florence Balcombe; una joven aristócrata considerada la mujer más bella de Dublín. Se sabe que ambos tuvieron varios encuentros, pero ella lo acabó rechazando.
Wilde, entonces, consiguió una beca por sus excelentes notas para cursar el Greats en Oxford, un programa que combinaba diversas ramas que marcarían su estilo y le darían reconocimiento; ganando el Newdigate Prize en 1878 por su poema «Ravenna».
Y hasta aquí la época dorada de Wilde, porque a su vuelta a Dublín todo empezó a ir cuesta abajo y sin frenos. Al volver, descubrió que Florence, su amor platónico, la mujer por la que vivía obsesionado y por la que vivía los vientos; estaba prometida con, ni más ni menos, que su querido amigo Bram Stoker. Este golpe marcó tanto a Wilde que se marchó de Irlanda, sintiéndose profundamente traicionado, jurando no volver jamás —spoiler: no lo cumplió, pero sí pasó muchísimos años fuera del país—.
A pesar de esto, Florence y Stoker sufrieron la caída de Wilde y su cancelación —de la que hablaré otro día—, siendo el escritor de Drácula uno de los pocos que jamás habló mal de Wilde cuando todos se pusieron en su contra.
Este, sin duda, fue un golpe que marcaría el comienzo de la caída del gran escritor de 'El retrato de Dorian Gray', pero no el peor. Próximamente, vendrán más.
Florence Balcombe, por cierto, también tuvo sus propios dramas, siendo la responsable de que casi desapareciera la película «Nosferatu», de Murnau (1922).
¿Y tú? ¿Crees que lo de Bram Stoker y Florence Balcombe fue una traición, o simplemente su amor fue más fuerte y Wilde debería haberse alegrado por sus amigos?